El término técnico que podría aplicarse aquí es “parálisis del sueño“, un subtipo de parasomnia o trastorno del sueño.
Además de la incapacidad de moverse, suele estar acompañada de vívidas alucinaciones multisensoriales, frecuentemente manifestadas como visiones de un intruso en la cama que, físicamente, presiona a la persona dormida.
Hay registros de ese tipo de incidentes que se remontan incluso hasta el año 400 a.C.
Los investigadores de la parálisis del sueño Brian Sharpless y Karl Dograhmji recopilaron 118 distintos términos que describen experiencias parecidas a la parálisis del sueño.
Así, por ejemplo, los alemanes tienen términos como hexendrückeno “presión de brujas” y alpdrücken o “presión de elfos“.
Las historias del folklore noruego incluyen los vartalfar, unos elfos malvados que le disparan flechas paralizantes a las personas, antes de posarse sobre sus pechos.
En Japón el término, kanashibari se refiere a quedar atado mágicamente por un metal invisible.
Los kurdos hacen referencia al mottaka, un espíritu malvado que sofoca a la gente durante la noche.
Lo que sí se sabe es que, cuando soñamos, nuestras acciones normalmente están limitadas a nuestra imaginación.
Todos tenemos un mecanismo interno de seguridad, especie de interruptor que nos impide actuar físicamente las acciones que soñamos.
Así, cuando crees que está siendo perseguido por un monstruo en tu sueño, no te levantas realmente y embistes la pared de tu habitación.
Sin embargo, nuestros cerebros son sistemas altamente complejos y, como tales, son proclives a sufrir desperfectos ocasionales.
Uno de esas fallas es bien conocida: el sonambulismo, que ocurre cuando la parálisis se reduce demasiado pronto, mientras sigues dormido.
En el otro extremo, a veces la parálisis persiste, incluso cuando estás despierto.
Sucede típicamente al borde del sueño, cuando te estás despertando o a punto de caer dormido.
Puedes estar consciente, con los ojos abiertos, pero completamente incapaz de mover tu cuerpo y, comprensiblemente, la experiencia puede ser alarmante.
Tales problemas pueden ser una consecuencia de un trastorno más general del sueño.
Algunos experimentos de laboratorio han mostrado que las experiencias de parálisis del sueño pueden ser inducidas cuando despiertas, repetidamente, a los participantes de sueños profundos.
Y los expertos calculan que hasta la mitad de la población experimentará parálisis del sueño por lo menos una vez en su vida.
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